Sentido de pertenencia significa ser aceptado como miembro de un grupo determinado, una comunidad, u otro tipo de conjunto. Pertenecer, es una palabra simple pero que encierra un gran concepto.
El sentido de pertenencia es una de las tantas necesidades humanas, al igual que el alimento y el refugio. Forma parte de la escala motivacional de cada individuo. Sentir que perteneces es una forma importante de dar valor a la vida, es una fuerza ayudadora frente a emociones que pueden ser muy dolorosas. Pertenecer a un club social, una Iglesia, a un grupo de amigos, es mucho más que un simple valor agregado a la vida.
En un mundo moderno con cierta filosofía competitiva, algunos buscan pertenencia a través de excluir a otros, algo tan malo que puede socavar el dominio propio y el bienestar de cualquier persona que con el tiempo ha creado vínculos de pertenencia.
El sentido de pertenencia considera que el ser humano desarrolla una actitud consciente respecto a otras personas, viéndose reflejado en cada una de ellas logrando una identificación con sus valores y costumbres, esto mejora su motivación, la salud, y su felicidad. Cuando se percibe la conexión con los demás se descubre que la gran mayoría tiene las mismas dificultades, las mismas luchas, y se confirma que no se está solo.
Pertenencia con esfuerzo
Para construir un sentido de pertenencia se requiere esfuerzo y una práctica activa. Eso significa ir descubriendo maneras similares, y no desgastarse en las maneras que son diferentes: Si alguien es mucho mayor que tú, es una oportunidad de aprender a través de su experiencia. Usted también le puede ayudar con la fuerza de su juventud, hay un complemento entre ambos. Si alguien tiene un sistema diferente de creencia , le ayudará a ver las cosas desde otra perspectiva. A través de las personas que conocemos también descubrimos otras formas de enfrentar la vida.
Darle un sí a cada oportunidad para estar con otras personas, es un motivo para fortalecer el sentido de pertenencia. En una cena la comida no es lo más importante, lo que interesa es el contacto con las personas, el contenido de la conversación, la ocasión de desarrollar un vínculo social que contribuya a nuestra autoestima. Estos encuentros sociales, nos recordarán siempre, que estamos rodeados de gente con las mismas necesidades.
La aceptación
Hay que saber cuidar muy bien las palabras y la forma de pensar. Algunas palabras dan lugar a la separación y otras ayudan a la unión. Los pensamientos deben estar en la medida de lo posible alineados al concepto de aceptar a las personas como son, no participamos del grupo con el interés de cambiar a las personas. El sentido de pertenencia es también un sentido de aceptación.
La aceptación comienza por nosotros, aceptarnos a nosotros mismos tal como somos, con nuestras debilidades y fortalezas, con nuestros haberes favorables, que se saben mostrar como experiencia de lo vivido, que se colocan a disposición de los demás como herramientas que ayudan al crecimiento personal.
No necesitamos en lo absoluto de ninguna ayuda artificiosa a través de productos de marca para hacernos creer que con su uso nos abre las puertas de grupos sociales donde podemos ser aceptados. Más que cualquier marca, es nuestra marca personal la que realmente importa, la que no engaña, la verdadera, la que se construye día a día con lo más cotidiano de los quehaceres, pero que dejan huellas imborrables a favor de nuestra personalidad. Somos nosotros a través de nuestro ejemplo los encargados de abrir las puertas al verdadero sentido de pertenencia.
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