La inteligencia emocional ha hecho su aparición en el último tiempo como un concepto de moda, relacionando dos características únicas de los seres
humanos: la inteligencia y las emociones. La inteligencia se define como la «facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad». Las emociones «son sentimientos muy intensos de alegría o tristeza producido por un hecho, una idea, un recuerdo etc.”
Cuando hablamos de inteligencia emocional no es otra cosa entonces que educar los sentimientos; una tarea de artesanía psicológica casi de proporciones. Al ser los sentimientos un estado de ánimo, ya sean positivos o negativos, nos predisponen a la necesidad de saber salir de aquellos estados que en algún momento nos puede estar envolviendo y afectando nuestra conducta. Los sentimientos no son otra cosa que los intermediarios entre los instintos y la razón.
Conócete a ti mismο
Ya lo decía Daniel Goleman, célebre exponente de la inteligencia emocional, «para desarrollar la inteligencia emocional el individuo tiene que conocerse bien a sí mismo, debe enfrentarse a sus emociones, detectar sus debilidades y descubrir sus virtudes«.
Conócete a ti mismο (γνώθι σεαυτόν) el aforismo que estaba escrito en el templo de Apolo en Delfos, era una lectura obligatoria para quienes esperaban el turno para hablar con la pitonisa; tanto era el poder de dichas palabras escritas en el pronaos por uno de los siete sabios antiguos, que a través de una reflexión intensa, algunos pocos abandonaban el lugar sin concluir la cita con la pitonisa.
Conocerse a sí mismo es saber las aptitudes y las limitaciones que uno tiene. La persona con inteligencia emocional tienen un cabal conocimiento de su temperamento y carácter, sabe controlar sus impulsos y sentimientos, piensa con claridad en los momentos incluso de mayor presión. Empatiza porque tiene la capacidad de relacionarse con los demás, sabe ponerse en el lugar del prójimo y reconocerle sus virtudes. Conoce el beneficio de las emociones.
Goleman describe así la importancia de la inteligencia emocional:
“La vida emocional es un dominio que, seguramente como las matemáticas o la lectura, puede manejarse con mayor o menor habilidad. Para ello es necesario aprender una serie de capacidades. Estas son cruciales para comprender por qué una persona triunfa mientras que otra, del mismo intelecto, queda atrapada en un callejón sin salida: la capacidad emocional es una meta-habilidad que determina cómo lograremos utilizar las otras capacidades, incluso el más puro intelecto”.
Inteligencia emocional
La inteligencia emocional muestra sus primeros pasos en la capacidad de motivarnos a nosotros mismos, es el comienzo de todo, siguiendo por la perseverancia y el control de los impulsos. Una persona con inteligencia emocional es capaz de regular sus estados de ánimo, evita que la angustia interfiera en las facultades racionales, la confianza en sí mismo supera todo ánimo de abandono en alguno de sus objetivos.
El equilibrio de las emociones pasa por el dominio del propio ser, hay que armonizar lo consciente con lo inconsciente para dejar de ser enemigo de uno mismo. Es importante ser flexible, inclinarse a favor de los demás, saber adaptarse a los cambios que se producen alrededor. La inteligencia emocional afecta la calidad de vida porque influye en nuestros comportamientos y por consiguiente en nuestras relaciones. Tomarse el tiempo para reflexionar por qué decidimos hacer lo que hacemos nos permite llevar vidas determinadas por nuestras intenciones conscientes en lugar de nuestras propias circunstancias.
El auto control emocional no es equivalente a la regresión de los sentimientos. El enojo, el miedo, la melancolía, y el mal humor pueden llegar a ser fuentes de creatividad, energía, comunicación; el enfado puede ser una intensa fuente de motivación, por ejemplo, cuando esta dirigido a la necesidad de reparar una injusticia o un abuso.
Inteligencia emocional es saber sofocar los sentimientos, especialmente cuando son muy negativos, algunos a tal punto de elevar el ritmo cardiaco, un signo de estrés que puede terminar en una hipertensión.
El equilibrio es el verdadero arte de vivir bien, esto nos ayuda a descubrir lo útil de las emociones y los beneficios que nos aportarán. Una repuesta emocional será útil en función de su contexto. En la inteligencia emocional todo tiene cabida si se sabe colocar cada emoción en el lugar que corresponde.
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