Casi todo el mundo se preocupa por lo que sucederá en el futuro. Aunque es seguro que nadie puede predecirlo, es una certeza que muchos viven preocupados por las circunstancias imprevisibles que este desconocimiento provoca.
A veces no parece lo mismo hablar del futuro como hablar del mañana, el mañana es más práctico, más cotidiano, más al alcance, pero que no deja de ser futuro y por lo mismo, desconocido.
En una ocasión, un hombre tenía que presentar un proyecto, el plazo se vencía al día siguiente, había estado trabajando en aquello durante algunos meses, estaba atrasado y el tiempo se había terminado, cuando pensaba que todo estaba perdido, recibió una llamada del encargado diciéndole: «me olvide decirte que el tiempo para presentar tu proyecto se había extendido». Ese factor desconocido cambió todo. Podemos ser 99 % conscientes del futuro, pero el 1% desconocido hace un mundo de diferencia.
Vivir un día a la vez
Hay que aprender a vivir un día a la vez en lugar de preocuparse por el resto de la semana o el mes que viene, es mejor centrarse en la realidad del hoy. “Cada día trae su afán” y también oportunidades para seguir aprendiendo cosas nuevas, esto incluye aprender a lidiar con los problemas. Todo tiene su tiempo y su debido momento.
Quizás la única preocupación que vale la pena es la preocupación de vivir sólo el hoy, eso no quita que no estemos preparados para trabajos que vendrán, lo que importa es que no nos quite el tiempo cuando estos todavía no llegan.
Se dice que Salvador Dalí nunca perdía el tiempo; mientras llegaban los días de inspiración se dedicaba pintar los fondos de sus cuadros. Decir «no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy», no es necesariamente traer parte del futuro al presente, sino aprovechar bien el tiempo.
Vive el hoy
El presente no es otra cosa más que tiempo, y en la perspectiva que el ser humano se encuentra, la ciencia es saber administrarlo, cuando esto ocurre, no hay tiempo entonces para ocuparlo en cosas que no van a suceder.
Vivir el hoy, y nada más que el hoy, es centrarnos en las cosas tangibles, es decir, poner las manos y la mente en el mismo lugar. El único que tiene licencia para «volar» es el corazón, allí están los sueños y las ilusiones, el se encarga de colorear el presente para futuras aventuras.
Como personas responsables, es parte de la vida la organización en los detalles de ésta, –esto debería estar en el desarrollo de los nuevos saberes–, proyectos, objetivos y metas que se administran en un tiempo definido, y saber donde nos encontraremos en los próximos cinco años es parte de la administración del tiempo, este último no es otra cosa que nuestro más cercano ayudador, para advertirnos donde nos encontramos.
En el plan de ruta de nuestra vida, no sabemos que clima encontraremos, si tendremos días nublados, lluvias o días soleados, si serán días muy fríos, tropicales o calurosos; pero están ahí esperándonos; pero no debería ser nuestra preocupación hoy, porque aunque tengamos el 99 % de información el 1% faltante puede ser un mundo de diferencia.
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