La inteligencia puede estar presente en muchos aspectos, pero es importante enfrentar el día a día con sabiduría, lo que unos llaman inteligencia práctica, ésta es la que marca la diferencia entre las personas que muchos ven como tranquilas y libres de conflictos innecesarios. Personas que trasmiten una vivencia en paz con todo el mundo. Es ese tipo de gente que transita por la vida contribuyendo con enseñanzas cotidianas en el arte de saber vivir.

En la actualidad cada persona hace frente a la realidad con las herramientas psicológicas que posee. Herramientas que con el tiempo se han desarrollado de acuerdo con las experiencias vividas en pos de una circunstancia. Hay algunos que la enfrentan con constantes pensamientos inclinados en el pasado. Sin embargo, los que disponen de un pensamiento flexible y dinámico lo hacen casi siempre a través del presente.

Es la manera que tenemos de concebir las cosas las que nos permiten ver las posibilidades de una u otra manera, o las concebimos con el filtro del pasado o con la realidad del presente. Norman Vincent Peale dijo en una oportunidad: “Cambia tu forma de pensar y cambiaras tu mundo”.

Una inteligencia flexible

Necesitamos vivir la vida a través de una inteligencia flexible, práctica, que convine todas las demás, que esté orientada en la medida de lo posible a la solución de los problemas de la vida cotidiana. Uno de los tantos resultados prácticos que se percibe de quienes poseen este tipo de inteligencia es la capacidad de aprender de los errores, y saber adaptarse con facilidad a los cambios.

Según el ensayista Karl Albrecht esta clase de inteligencia nos dota con “la habilidad mental para afrontar los desafíos y oportunidades de la vida”. En parte, se podría decir que nos hace el día a día más fácil. Una situación práctica de esta naturaleza hace que las personas desarrollen sus obligaciones trabajando con humildad y perseverancia; como herramientas psicológicas a disposición de un pensamiento constante que fortalece el fin que se quiere alcanzar.

Aquellos que han desarrollado la inteligencia práctica, pueden percibir que no es solo su mente la que piensa, sino, que todo su cuerpo es el que se expresa. Por eso cuando se está en una actividad constante, cualquiera sea ésta, las personas tiende a ser más creativas.

Inteligencia práctica

La inteligencia práctica, lo que algunos llaman sabiduría, es el arte de hacer la vida mucho más llevadera. Sabiendo enfrentar de una manera airosa esos días grises, que para algunos son amenazas, y para los sabios oportunidades. La inteligencia práctica está presente en cada minuto de nuestra existencia, es la que nos permite ir aprendiendo de lo vivido e ir poniendo en práctica lo que ésta nos ha enseñado, es parte del arte de hablar con los demás, es el desafío de estar alerta a las necesidades de quienes nos rodean, es la que nos permite saber expresarnos de la mejor manera posible cuando alguien necesita que le hablemos, es la que con el tiempo nos va trasformando en ejemplo para quienes nos siguen, en resumen es la huella que hemos dejado en el camino para que otros también la puedan alcanzar.

El afecto y el manejo adecuado de los sentimientos, desarrollan habilidades para tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen a nosotros, eso en el trayecto de la vida, se transforma en parte en una manera de vivir. Un estilo de vida que nos permite conocer el recorrido que nos depara nuestra existencia, todo a la sombra de una paz llevadera que se suma a los resultados de un buen pasar.

“Afilar nuestros sentidos, olvidarnos de prejuicios y aprender de la sabiduría que nos rodea es la manera más sana y sabia de ayudarnos a crecer y encarar la vida de forma flexible y resistente”.

Los pasos de la sabiduría son los años.

@AlexPonceAg

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