Por el aumento de las redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram, Google Plus y LinkedIn; y el masivo uso de los teléfonos inteligentes, tablets y netbooks; las comunidades virtuales se acrecientan cada día más. Ahora lo que tengo en mi computador de escritorio lo tengo también en mis dispositivos móviles, ahí se lleva la agenda, las notas, las cuentas, el negocio, las noticias, las fotos, los videos, los amigos y a los amigos de éstos.
Redes Sociales
A eso le llamamos redes sociales, un lugar de encuentro virtual, con personas a las cuáles se le ha hablado alguna vez mirándolos a los ojos, con una mirada franca. Esos son los amigos de siempre, unidos por un vínculo de experiencia; en el colegio, en el barrio, en la iglesia, en la universidad, en el trabajo, etc. Amistades de años, que gracias a éstas redes sociales, se puede estar en contacto creando nuevos vínculos a través del mundo virtual, todo basado en conocimiento, afectividad, compañerismo y fidelidad.
También están las amistades virtuales, esas personas que se conocen a través de la pantalla del computador, por una solicitud de amistad, y que se relacionan sólo con un editor de texto; ahí no hay perfume, no se cruzan las miradas, no hay estreches de mano, no hay tono de voz, expresiones, movimiento de ojos o cejas, etc. Ahí sólo hay contenido, información, palabras, letras, oraciones, frases, y uno que otro dibujo simbolizando una emoción.
La comunicación corporal, algo tan importante en el momento de conocer a una persona, aquí no tiene espacio en absoluto. Tendrá que quedar en las manos de psicólogos, la forma de remplazar dicha comunicación para ayudar a descubrir alguna faceta de esas personalidades virtuales.
Amistades
Pero la amistad verdadera nace del corazón, como resultado del conocimiento que se tiene de la otra persona, a través de una convivencia y una relación personal con todo tipo de señales de comunicación, una relación humana, con los cinco sentidos, dispuestos a mostrarnos tal como somos y descubrir a la otra persona con todas sus fortalezas y debilidades, gustos y disgustos. Mientras más nos relacionamos, más nos conocemos y mientras más nos conocemos, más confiamos. Ahí es donde comienza la amistad verdadera, en la confianza, que es el resultado de una convivencia sincera y sin careta.
La palabra virtual, tiene una connotación de ser algo que aparenta ser real, un proceso que para que llegue a ser percibido, tiene que pasar por un computador. Por eso las “amistades” virtuales carecen de realidad, dejan de ser algo verdadero, sólo tienen como fundamento la información, que a veces incluso no es recíproca, ese tipo de amistad carece de todo principio de sociabilidad, pasando por alto algo tan fundamental en los seres humanos como es la muestra de afecto.
Los nuevos tiempos siempre son portadores de buenas nuevas, no voy a negar que a través de las redes sociales he tenido la oportunidad de “conocer” personas del otro lado del planeta, e iniciar una “amistad” virtual donde podemos compartir nuestro punto de vista frente a un tema determinado. Hay personas que han comenzado una amistad a través de una red social y han terminado en el altar.
Aunque hoy es muy fácil de conseguir un millón de “amigos” gracias a las redes sociales, no debemos de olvidar nunca esta premisa:
“El que tiene muchos amigos, no tiene ninguno”
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