Desde la cuna el ser humano alberga un gran interés por valerse por sí mismo. Característica de la niñez es ir descubriendo a cada instante algo nuevo. La inteligencia y
la imaginación a esas edades poseen una actividad casi sin límite y al cabo de los primeros años ya se empieza a aprende de las equivocaciones.
La creatividad parte de la premisa de que todos la poseemos, todos hemos creado algo innovador en determinadas circunstancias y en más de una oportunidad hemos tratado de mejorar nuestro entorno. Nuestro cerebro gestiona una gran cantidad de información, convirtiéndolo en un verdadero procesador de ideas.
Desde Miguel Ángel hasta Steve Jobs se puede apreciar el significado de la creatividad. Genios creativos admirados alrededor del planeta, personas brillantes, creadas de la misma forma que el resto, pero… con un gran pero, aprovecharon como nadie la oportunidad de relacionarse con el conocimiento y las investigaciones existentes y lograr una creación de su índole, añadiendo algo nuevo a lo ya conocido.
Ser creativo no depende de características excepcionales, sino de aptitudes personales y habilidades cognitivas, incluso, a veces, de conocimientos técnicos o circunstancias socioculturales.
Las características de las personas creativas parten desde la curiosidad, inconformismo y tendencia al riesgo, hasta la capacidad de trabajo y constancia. No se puede pasar por alto la importancia de la motivación, algo esencial cuando se trata de crear.
Nosotros ya estamos aquí, en un mundo de cambio y progreso, testigos de la creatividad como causa de todo lo que somos y hemos conseguido. Cada persona con su particular estilo ha formado parte de esta gran creatividad global, cada uno en su entorno ha contribuido con su profesión, ocupación, inteligencia y actitud.
La creatividad es un instrumento de la motivación, nos hace sentir útiles, eleva nuestro autoestima y hace más interesante nuestra vida cotidiana, nos sitúa en el mejor lugar para relacionarnos con los demás.
Una persona creativa es una persona que busca soluciones, que capta la atención del resto mediante algo valioso para el progreso social, no sólo a través de situaciones pragmáticas, sino también a través del desarrollo en el campo de las relaciones humanas.
Con un pensamiento divergente, propio de una persona creativa, se pueden encontrar muchas posibles soluciones a cualquier pregunta abierta frente a cualquier problema existente.
Crear es vida, una vida novedosa, familiarizada con el dominio de lo que ya existe, moda, tecnología, publicidad, arte, literatura, música, arquitectura, etc. La creatividad está presente en todo lo relacionado con el ser humano y consiste fundamentalmente en cambiar, avanzar, evolucionar; pasando también por el camino de la indecisión, de los sí y los no, de estar dispuesto a aceptar los cambios a la sombra de cualquier motivación o experimentar ciertos temores a la novedad.
El mundo necesita nuevos descubrimientos cada día que permitan un desarrollo constante de la existencia humana, se necesita también, en el entorno personal, un desarrollo creativo acorde a los tiempos que vivimos. Crear las mejores oportunidades para avanzar en el campo de la sociabilidad es algo que puede dar muy buenos dividendos en lo cotidiano.
La creación de una simple frase, un argumento visual o un sofisticado aparato tecnológico, apuntan por sus creadores a un cambio de actitud frente a la vida.
La creatividad es una fortaleza llena de estrategia que aplicamos a lo largo de nuestra existencia.
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