Viviendo en tiempos de crisis las personas tienden a percibir la realidad con temor e incertidumbre; mas cuando se escucha hablar de crisis global y se ve como ejemplo a una Europa decaída afectada por un gran deterioro económico, causando un efecto dominó en la economía y amenazando con una gran recesión mundial, que algunos incluso la han sumado a acontecimientos apocalípticos con un gran desasosiego social.
La ilusión confronta la crisis
Con tal realidad es valedero desarrollar un sistema de defensa personal que sea capaz de minimizar los efectos psicológicos de los tiempos en crisis, cualquiera que esta sea. Para tal efecto es necesario mantenerse informado, pero de una manera responsable, chequeando cada información con diferentes fuentes confiables.
Para hacer frente a tanta amenaza psicológica debemos buscar las herramientas en el mismo campo psicológico, para tener la capacidad de unir lo intangible con lo tangible. Es aquí donde juega un papel importante la ilusión.
Lo que se entiende por ilusión
La ilusión es un termino que se utiliza para hacer referencia a uno de los trastornos de la percepción. Y en el campo psiquiátrico se habla de dos modalidades: ilusión y alucinación. Que se define clínicamente como falsas percepciones de la realidad producida por un estímulo concreto. Son deformaciones de la captación de aquello que entra por los sentidos. Todas las ilusiones implican un juicio inexacto de lo que percibimos, pero a partir de unos estímulos reales.
Una ilusión práctica
Pero el sentido que la palabra ilusión tiene en el lenguaje de la calle es muy distinto a los conceptos que la ciencia le da. En el lenguaje popular tiene una definición como: afanes, esperanza, retos por alcanzar. Tiene una connotación de un estado de ánimo entusiasta y optimista que se proyecta al futuro. Esta ilusión empuja, arrastra, tira, fascina por su contenido y pone en marcha la motivación.
Una de las acepciones que le da el diccionario de la lengua española de la Real Academia dice:
“Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo. Viva complacencia de una persona, cosa tarea, etc”.
Ilusión, sueño y realidad
La ilusión permite formarse un cuadro mental y proyectarlo al futuro, con el cumplimiento de un objetivo. Es importante construir sueños para el mañana pero no lejos de la realidad. Pintar un cuadro mental con una imagen en donde se distingue el sueño transformado en realidad en un futuro con una fecha determinada, se transforma en un motor motivacional que sobre pasa cualquier crisis en desarrollo.
La tan mencionada frase “cuando yo sea mayor…” en un tiempo estaba llena de futuro. Pero con el devenir de la vida los tiempos se cumplen y si se ha cumplido con esa ilusión de niño. ¿Por qué no ha de cumplirse con futuras ilusiones para una mejor calidad de vida?
La ilusión descarga el optimismo
Vivir con ilusión ayuda a ser más optimista y eso permite no perder la calma cuando todo parece que se viene abajo, todo es parte del desarrollo como personas donde la adversidad es una oportunidad del crecimiento psicológico.
El ser optimista no es ver la vida plana y simple, sino es la capacidad de aceptar otro ángulo de los hechos, poniendo siempre una nota positiva y aplicándola con criterio.
Conclusión
Se viven tiempos vertiginosos, donde la información corre a caudales, con una tecnología galopante que llega con una automatización de casi todo lo que nos rodea, y por consiguiente todo parece instantáneo, creando en el ser humano una fuerte necesidad por hacerlo todo rápido. Hoy pareciera que no hay tiempo para soñar, para ver que con una ilusión también se puede avanzar, pavimentando un camino de seguridad cuyo fin es un objetivo por cumplir, confirmando que a través del optimismo las velocidades de la vida se pueden alcanzar con madurez, sabiendo que arriba de las nubes brilla el sol y que los vientos favorables volverán.
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Me encantó el blog. Muy buen aporte para mis objetivos. Felicitaciones