Con el aumento de la “sociabilidad online” pareciera que las nuevas relaciones humanas se ven obligadas a pasar por el mundo virtual. Este uso en parte desmedido de las nuevas formas para desarrollar amistades a distancia voluntaria, ha permitido un aumento considerable de un nuevo trastorno psicológico referido a la afectividad, denominado alexitimia . Fue descrito por primera vez en 1972 por el doctor Peter Sifneos, profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard, y lo definió como la “incapacidad o dificultad grave para expresar los sentimientos«.
Según los estudios, este trastorno presenta una serie de manifestaciones y características: la persona es fría y se mantiene distante; es correcta en el trato, pero no proporciona afecto, tiene mucha dificultad a la hora de mostrarse cariñosa y cordialidad.
Alexitimia
Las personas somos seres sociales, creados para vivir en convivencia, para relacionarnos con los demás en forma natural y espontánea, este tipo de relación permite desarrollar en gran medida afecto con muestras de sentimientos entre las personas, manteniendo una conducta social permanente. Esto se percibe en los lugares de trabajo, en los centros de estudios y principalmente en el seno de la familia.
Sin embargo, el uso de las nuevas tecnologías en el mundo de la comunicación virtual está acrecentando la idea de una sociabilidad mecanizada fortalecida por la inexpresividad sentimental.
Frente a esta nueva amenaza en el campo psicológico, donde predomina el modelo de una persona fría, muy profesional, quizás muy competente en su terreno de trabajo, pero completamente ineficaz fuera de él, se ve el aumento de la poca expresión afectiva, alexitimia.
Los sentimientos
El sentimiento es algo inherente al ser humano. Lo que ocurre hoy es que el modelo educativo altruista, egocentrista, y competitivo, aumenta una vida social basada más en la razón abstracta carente de un fondo espiritual, cultural y sentimental. Hoy las escuelas se dedican a las ofertas masivas de información destructurada carente de formación. Los padres agobiados por su vida laboral apenas tienen tiempo para estar con sus hijos y tratan de suplir esa carencia con regalos, y actividades extra escolares, menguándolos superficialmente, para mantenerlos ocupados y distraídos. Piensan que así les ofrecen una formación completa, descuidando el plano emocional.
Saber expresar los sentimientos es algo importante en todos los terrenos de la vida. En el amor por razones obvias, pero también en los colegios, con los amigos, en el trabajo, etc. La sociedad necesita en su medida exacta una dosis permanente de sentimientos afectivos.
Inteligencia emocional
La inteligencia emocional es una herramienta en el campo psicológico que ayuda en la capacidad para aunar inteligencia y vida afectiva. Es un concepto que poco a poco se ha ganado un valor en el arte de la convivencia cotidiana. Una persona dotada de una correcta inteligencia emocional funciona mejor en colaboración con los demás. Avanzando en su camino por la vida con maduración permitiendo que también las personas que están a su alrededor se sientan mejor.
El sentimentalismo es verdadero cuando está acompañado de equilibrio e inteligencia. Desde esa perspectiva se puede observar a gran distancia la temida alexitimia.
Una juventud carente en la demostración de afecto en todas sus aristas, termina pagando un gran precio en la vida conyugal, precedida de una temporada más o menos larga de conflictos y problemas.
Es imposible mantener una amistad o una vida conyugal si no se sabe expresar lo que se siente. Pero la persona que sabe manifestar adecuadamente sus sentimientos tiene ya mucho terreno ganado en el camino de la sociabilidad.
Educación de los sentimientos
La educación de los sentimientos debiera ser hoy parte de la prioridad en la formación de los hijos, recordarle que el amor es entrega y que en él no hay lugar para el egoísmo.
En este mundo globalizado y ensalzado por las nuevas tecnologías con sus ya conocidas fórmulas de amistad online, se debería recordar que nada remplazará a una sonrisa, un apretón de mano, un abrazo y un beso. Hoy las relaciones también necesitan de expresividad sentimental: hay que saber decirle al otro que se le quiere y no por frases estereotipadas, sino con sinceridad y realismo, con actos cotidianos y gestos positivos.
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