Una guerra sin cuartel y un batalla milenaria por siglos de siglos enfrentan la verdad y la mentira, “conceptos” que parecen ser parte de un inventario eclesiástico, apartado para el bien dentro de una sociedad democrática (para ser justo con la etimología de la palabra griega ekklisía).
En un mundo con gente tan confundida deambulando por los quehaceres de la vida, la mentira parece ser verdad y la verdad parece ser mentira. Siendo aun más explícito mentiras como que ‘Hillary Clinton haya dicho en 2013 “ Me gustaría ver a gente como Donald Trump presentarse a la casa blanca. Es honesto y no puede ser comprado”. Este tipo de mentira fue capaz de ganar una elección en el país más poderoso del planeta. ¿Que podría pasar en nuestras vidas con mentiras tan elocuentes como la mencionada, pero en prácticas más cotidianas?
Las mentiras elocuentes se han transformando en algo común a través de editores irresponsables que buscan no otra cosa más que intereses propios a la sombra de personas poco letradas, incapaces de reflexionar y sin capacidad de enfrentar momentos de análisis.
Si la verdad y la mentira forman parte de una guerra cósmica, el escenario donde podemos ver parte de esta cruel batalla lo encontramos a través de Internet, “una red de redes que permite la interconexión descentralizada de computadoras a través de un conjunto de protocolos denominado TCP/IP” Algunos lo llaman Ciberespacio, Red, Google, Online, Nube. Etc.
Historia de miedo
En la mitología griega aparecen los Pseudologos seres que personificaban la mentira y la falsedad. Hijos de Eris que representa la discordia.
Según Esopo un fabulista de la antigua Grecia, año 470 a.C. Dice que la mentira fue creada por Dolos, la personificación del fraude, el engaño y las malas artes; cuenta que cuando Dolos trabajaba como ayudante de Hefesto, dios del fuego y la forja, éste cuando creaba la estatua llamada Verdad, dejó solo a Dolos por un instante para atender otros asuntos. Dolos en su ausencia aprovechó el momento para construir una estatua idéntica a la de su maestro. Cuando Hefesto regresó y vio con mucho agrado como su aprendiz se desarrollaba también en el arte de la escultura. Continuando con su trabajo decidió meter las dos estatuas en el horno. Pero Dolos no había tenido el tiempo suficiente para terminar los pies de su estatua. Por eso cuando ambas estatuas salieron del horno, Αλήθεια (Alícia) (la verdad) caminaba con pasos firmes mientras que la Mentira lo hacia a su sombra con pasos inseguros y tambaleantes.
Los Pseudologos por su naturaleza no tardaron en transformarse en enemigos tenaces de Αλήθεια (Alícia), la verdad.
La mentira en la política
A vista de los últimos acontecimientos los Pseudologos han estado presentes en dos grandes acontecimientos políticos en este último tiempo, (vaya coincidencia) el plebiscito del Brexit y la victoria de Donald Trump. Ambas contiendas ganadas con un encanto difícil de digerir, a la sombra de contundentes mentiras disfrazadas de verdad.
Hoy nos encontramos en medio de un gran aluvión de información, que a través de diferentes plataformas aparecen con adornos de credibilidad a toda prueba, capaces de engañar a personas con aptitudes para separar la verdad de la mentira; de esa mentira que la historia sagrada se encarga de atribuir a la serpiente antigua llamada Satanás, el diablo como el padre de mentiras, cuando le dijo a Eva: «no morirás».
Principios tan fundamentales como decir la verdad parecen ser parte de la historia, y la solución no parece venir de la mano de la formación a las nuevas generaciones, sino por el contrario; aprender a vivir entre mentiras para tener la capacidad de descubrirlas; así a lo menos lo piensan las dos plataformas más importantes de información en Internet: Google y Facebook, donde muchos creen a ojos cerrados sus publicaciones. Ambas empresas discuten con los gobiernos más importantes del planeta, no como destruir la mentira, sino, como descubrir a los mentirosos en la red.
Los Pseudologos todavía seguirán viviendo por mucho tiempo a nuestro alrededor como enemigos acérrimos de Αλήθεια Alícia, la verdad.
Si te agradó este post comparte el enlace y participa dejando tu comentario, también te puedes suscribir al blog, es gratis!
0 comentarios