Se vive inserto en una sociedad, la cual tiene sus comienzos en la vida familiar, lugar donde se aprenden las primeras reglas de lo que significa una vivencia social colectiva. Una sociedad conyugal, que más tarde con la llegada de los hijos, dará inicio a la formación de una familia, tiene por esencia, una vida unida a través de una relación de convivencia, con todo tipo de experiencias en los vínculos de las relaciones humanas. Allí convergen, temperamentos, educación, formación, hábitos y culturas en todos sus conceptos.
Educación y formación
A estas características heredadas del vínculo familiar, ya sea a través de la ley del ambiente o la herencia, hay que sumar dos grandes pilares, en lo que se refiere a la integración de personas a la sociedad, dos palabras ya mencionadas. Una es la educación, pero no la educación que se imparte en los colegios, como una serie de información, sino la educación que se imparte en el seno de la familia. Esa educación que debe preparar a los hijos, para que con su ejemplo, contribuyan al establecimiento de una sociedad robusta, con principios de sociabilidad, acorde a los fundamentos establecidos en una buena convivencia colectiva.
Se dice que la educación es la estructura del edificio personal. Etimológicamente significa “acompañar”, esta definición, concuerda muy bien con lo que dice el psiquiatra español Enrique Rojas, “educar es cautivar con argumentos positivos, entusiasmar con los valores, seducir con lo excelente”. Cuando estos principios forman parte de la educación, nos encontramos con lo segunda palabra, formación, le estamos dando forma, y la formación es parte de un proceso, de adquisición en desarrollar una serie de aptitudes y habilidades, ya sea en lo físico y en lo moral.
Relaciones humanas
Hoy es necesaria una educación formativa en el campo de la sociabilidad, porque en el proceso formativo debería ocupar nuestra mayor atención la forma de cómo nos relacionamos con los demás. Para desarrollar una mejor convivencia vale la pena revisar las tan legendarias reglas de relaciones humanas de Dale Carnegie, de su libro “Como ganar amigos e influir entre las personas”, donde destacan 28 reglas, que sirven para tratar mejor con los que están a nuestro alrededor. Para ello conviene descubrir y resaltar algunas de ellas con el fin de transmitirlas a los hijos como parte de su desarrollo personal, en relación a una educación formativa.
Reglas de relaciones humanas que permitirán en parte ser mejores personas.
- No criticar, no condenar ni quejarse a los demás
- Demostrar su aprecio honrado y sincero.
- Despertar en los demás un deseo vehemente.
Seis maneras de agradar a los demás
- Sonreír
- Recordar que para toda persona, su nombre es el sonido más dulce e importante en cualquier idioma.
- Sea un buen oyente.
- Anime a los demás a que hablen de sí mismo.
- Hablar siempre de lo que interese a los demás.
- Hacer que la otra persona se sienta importante y hacerlo sinceramente.
Lograr aunar opiniones
- La única forma de salir ganando una discusión es evitándola.
- Demostrar respeto por la opiniones de los demás.
- Si se esta equivocado,admitirlo rápidamente y enfáticamente.
- Empezar en forma amigable.
- Conseguir que la otra persona diga Si, si inmediatamente.
- Permitir que la otra persona hable más.
- Permitir que la otra persona sienta que la idea es de ella.
- Tratar honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona.
- Mostrar simpatía por las ideas y deseos de la otra persona.
- Apelar a los motivos más nobles.
- Dramatizar las ideas.
- Lanzar, con tacto un reto amable.
Nueve maneras de cambiar a los demás sin ofender ni causar resentimiento
- Empezar con elogios y apreciación sincera.
- Indirectamente llamar la atención a la persona sobre sus errores.
- Hablar de sus propios errores antes criticar de los demás.
- Hacer preguntas en vez de dar ordenes.
- Permitir que la otra persona salve su orgullo.
- Alabar la más ligera mejora y alabe todos los progresos. Sea sincero en su aprobación y generoso con su alabanza.
- Hacerle sentir a la otra persona que es poseedora de buena reputación, para que se interese en conservarla.
- Dar ánimo a la otra persona. Permita que la falta parezca fácil de corregir.
- Hacer que la otra persona se sienta feliz de hacer lo que se le siguiere.
Estas reglas mejoran nuestra convivencia. Nos ayudan a no solo ser personas más sociables sino que nos entregan una serie de herramientas psicológicas para saber tratar mejor a quienes están a nuestro alrededor, cualquiera sean las circunstancias.
Si te gustó este post comparte el enlace y participa dejando tu comentario, también te puedes suscribir al blog, es gratis!
0 comentarios