El proceso del enamoramiento entre el cliente y la marca pasan también por el misterio, la sensualidad, y la intimidad.
Una de las tantas cosas hermosas que nos ofrece la vida es vivir el amor a través de un enamoramiento; esa relación de amistad o simpatía que se produce hacia otra persona a través de la tendencia basada en la elección y que nos hace desear su compañía.
Esta experiencia emanada de una relación de amistad basada primero en el conocimiento, y después en el amor, ha servido de ejemplo en el mundo del neuromarketing para diseñar una estrategia destinada a unir en forma intrínseca una marca con su cliente. De este estudio nace lo que hoy se conoce como Lovemarks.
Lovemarks
Kevin Roberts, un experto en publicidad y marketing, que actualmente dirige Saatchi & Saatchi una de las mayores agencias de publicidad del mundo, puso de moda en el año 2004 el concepto Lovemarks, amor y marca, basado en estudios de Marketing emocional que a través del avance en la neurociencia y su aplicación en el neuromarketing, confirmaron que las emociones tienen un papel mucho más importante de lo que se pensaba en relación a la toma de decisiones de compra.
La capacidad de una marca
Una marca es la capacidad de un producto de diferenciarse de otro por medio de cualidades tangibles o intangibles, y son éstas las que a través del conocimiento por parte de los consumidores captan la atención de sus posibles clientes mediante una relación producto y consumidor, partiendo por el conocimiento, pasando por el deseo, hasta llegar a una dependencia profunda por la marca, logrando convertir a los clientes en verdaderos fans, o los llamados clientes evangelistas.
Para llegar al corazón del cliente a través de sus emociones existen los tres mismos pasos que unen a las personas en una relación de amistad especial: El misterio, la sensualidad y la intimidad:
El misterio es la historia de la marca, todo lo que se desconoce, lo que está detrás de ella, en parte su biografía que no deja de ser interesante, ya que ahí están los secretos de su éxito y su laboratorio de persuasión.
La sensualidad es la capacidad de la marca para estimular cada uno de nuestros sentidos, es ahí donde nace el deseo de posesión.
La intimidad es la capacidad de una marca de mantener una relación íntima con su cliente, basada en un compromiso, empatía y pasión.
Relación de convivencia
Las marcas y sus productos tienden a satisfacer una necesidad, y de tal satisfacción viene el conocimiento, mientras más conocimiento más confianza, y mientras más confianza más dependencia, esto activa el amor y el respeto hacia una marca determinada; más aún cuando dicha marca ha estado siempre al alcance conviviendo en experiencias a lo largo de la vida, este es el círculo de la verdadera amistad entre una marca y sus clientes.
El amor hacia una marca por un producto determinado llega a ser más grande e incondicional cuando se percibe en sus comienzos como una marca inalcanzable.
Kevin Roberts ya sentenció que “lo que mueve a los seres humanos es la emoción, no la razón”. Por lo tanto, literalmente, una Lovemarks es aquella marca que amamos.
Cliente y marca pueden llegar a ser una unión inquebrantable cuando está sostenida en la confianza.
Hoy se perciben marcas más personalizadas a través de algunos de sus productos que cada día son más visibles en las diferentes redes sociales, El gran negocio de la publicidad es crear necesidades, aparte de actualizar las que ya existen, por eso es imperativo saber leer por debajo de las apariencias.
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