Mientras más avanza el mundo hacia la modernidad tecnológica, y una aparente mejoría en la calidad de vida, no
podemos pasar por alto el aumento del sufrimiento humano. Los malos entendidos no sólo causan catástrofes en el mundo político, también la forma de ver lo que ocurre en nuestro alrededor, puede causar más de un disgusto.
Los pasajes hacia la muerte parecen tener una demanda casi singular; enfermedades en aumento, pestes que se creían erradicadas, violencia de género, terrorismo, guerras, etc. Situaciones que han acompañado al ser humano por años, pero hoy con mucha más divulgación que antes. Son muchos los factores que se involucran con la muerte y por su intermedio con el dolor y el sufrimiento. Hoy se recurre a la empatía para entender mejor lo que ocurre a nuestro alrededor
Empatía
Esa participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella, generalmente en los sentimientos y emociones de otros. Lo que normalmente se define en forma más coloquial: Ponerse en los zapatos de otra persona para saber lo que está sintiendo. La idea es que al experimentar el dolor de otros nos ayudará a entender mejor su situación; aunque en muchos casos, no es más que una solicitud de una buena intención.
Mayormente la empatía no se relaciona con momentos placenteros, más bien con momentos delicados que la vida nos presenta; divorcios, pérdida de trabajo, enfermedad, catástrofes, muerte, o simples malos entendidos. Al estar la empatía involucrada con factores emocionales, sus resultados en algunos aspectos podrían desencadenar decisiones erróneas; más cuando se trata de ayudar a entidades filantrópicas.
Paul Bloom
Así lo hace ver una investigación realizada en la Universidad de Yale -Paul Bloom 2017. EL investigador reconoce que la empatía ayuda a motivar buenas acciones, como donar dinero a una causa digna al ponerse en la piel de los que sufren, sin embargo la empatía es una herramienta deficiente cuando se toman decisiones en la arena política o de otro tipo, especialmente cuando no se cuenta con los recursos disponibles.
Una manera segura de invocar la empatía en la mayoría de la gente es contar una historia sobre una sola persona. En su estudio, Bloom cita la historia usada en un experimento clásico sobre una niña de 10 años llamada Sheri Summers. Ella tiene una enfermedad mortal y está al final de una lista de espera para un tratamiento que le ayudará sólo a aliviar su dolor.
A los participantes del experimento se les dio la opción de moverla al inicio de la lista, aunque esto significaría que otro niño, quizás más merecedor, no recibiría el tratamiento. La mayoría dijo que no. Sin embargo, cuando se les pidió que sintieran lo que Sheri Summers sintió – un indicador de empatía – sus respuestas cambiaron y una mayoría decidió moverla (Batson et al., 1995). La empatía se enfrentó con la imparcialidad, llevando a una decisión que la mayoría de nosotros vería como inmoral.
Política y Marketing
La empatía siempre tiene buenos aliados cuando se trata de personas individuales. Utilizar ejemplos de alguien que se encuentra en una situación de dolor o sufrimiento, siempre moverá la balanza a su favor, esta situación casi natural del ser humano de solidarizar con el que sufre (empatía) es utilizada por la política en sus diferentes campañas de recolección de votos. También podemos ver la empatía en el mundo del marketing. Tanto en la política como en el el marketing, la empatía favorece mucho más que la compasión.
Si la empatía muestra su lado oscuro cuando en ocasiones se toman decisiones emocionalmente erróneas, mucho más oscura es su participación como herramienta política y mercantil. Mostrar el dolor y el sufrimiento en forma colectiva, despierta también el deseo de protección, y pueden existir ocasiones donde las prioridades no sean consideradas producto de tal emoción.
Benevolentes, compasivos, bondadosos, son entre otras, características humanas, sentimientos en favor de los demás. No necesitamos dejar de ser empáticos. Más bien saber cultivar la empatía para favorecer situaciones más apropiadas, donde su intención se transforme en una acción racional favorable a los demás, de esta forma también estaremos capacitados para descubrir cuando se usa para intereses personales.
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