Los niños y la educación parece estar en toda agenda política en todos los países del mundo; y en tiempos de campañas electorales pareciera ser el comodín que abre muchas de las puertas para llegar a todas las clases sociales. Es el tema que refleja en parte la calidad de vida de las naciones desarrolladas, que avanzan en el camino del desarrollo y la tecnología.
Una investigación
Las últimas investigaciones arrojan cifras a favor de los países orientales cuando se trata de desarrollo tecnológico impulsados por estudiantes, en comparación con países latinoamericanos donde su fuerza educacional está en el área de las humanidades.
Una de las estadísticas que muestra el por qué del estancamiento en el desarrollo educacional latinoamericano, es el bajo interés de los estudiantes en carreras tecnológicas. Así lo muestra un estudio que indica que el 57% de los estudiantes de la región cursan carreras de ciencias sociales y tan sólo el 16% cursan carreras de ingeniería y tecnología.
Pero el estancamiento en el desarrollo estudiantil latinoamericano no sólo viene por el poco interés en lo tecnológico, sino también en la mala calidad de la educación por parte de las entidades responsables, eso queda demostrado en los resultados de exámenes internacionales donde se puede ver la baja puntuación de alumnos provenientes de la región.
¿Son más inteligentes los jóvenes asiáticos?
Las investigaciones al respecto han buscado la respuesta a esta pregunta en la historia de los países orientales: ¿educación familiar? ¿O simplemente cuestión cultural emanada de los tiempos de Confucio?
Pero la respuesta aunque no se crea es más simple, los niños asiáticos estudian más horas.
Andrés Oppenheimer
Así lo queda demostrado en una investigación de Andrés Oppenheimer en su libro ¡Basta de Historias! donde el autor deja registrada una amplia investigación de la calidad de la educación en los diferentes países líderes en desarrollo educacional, siendo ejemplo en calidad y aporte a las nuevas tecnologías.
Una de las partes de la investigación tiene que ver con la importancia de la cantidad de días que tiene el año escolar, ésta indica que por ejemplo, en el Japón tiene 243 días; 220 en Corea del Sur; 216 en Israel; 200 en Holanda; 200 en Tailandia, y 180 en los Estados Unidos.
En America Latina cuando se incluyen los días feriados, los puentes, y algunas huelgas el año escolar alcanza, por ejemplo, en Uruguay 160 días; 155 días en Argentina; 180 en Chile; 190 en Brasil; 200 en México, y en el resto no alcanza ni a los 160 días.
Los niños y su poca permanencia en clases
Se podría decir que el motivo por el cual los niños latinoamericanos sacan puntajes mínimos en exámenes internacionales se debe a su poca permanencia en clases, aunque ellos no lo crean van muy pocos días a la escuela, en comparación a sus pares asiáticos que en algunos casos lo superan hasta en 60 días al año. Es decir dos meses más.
Las investigaciones al respecto han agregado que los jóvenes asiáticos además de estudiar más días por año estudian más horas por día. En China, India y Singapur los niños llegan a estudiar hasta 14 horas por día.
Una rutina de un niño oriental comienza asistiendo a la escuela desde las 7:30 de la mañana hasta 15:30 hrs., luego va a una clase especial hasta las 16:40 ó 17:00 hrs., después va a un instituto privado hasta las 20:00, 21:00 ó 22:00 hrs.
La brecha de la vergüenza
La brecha de horas dedicadas al estudio entre Asia y Latinoamérica debería ser un escándalo nacional. Sin embargo hay muy pocos países de la región en que el rezago educativo es un tema central de la agenda política nacional. El motivo: se vive mirando el pasado.
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